Monday, March 3, 2008

El renacer de Yordano


Muchos creyeron que había sido apenas un brote de anotonomasia de la era del 1 x 1. El tiempo pasó, y sus viejos discos, extraordinarios, se convirtieron en glorias del pasado. Transitó varios años en calles menores, recreando música de su infancia, trovando sin demsiadas exigencias. Pero está de vuelta. Un Yordano maduro, enérgico y con mucho qué decir acaba de nacer de nuevo.

El disco El deseo es una instalación completa en el estudio, un estruendo sonoro que incluye guitarras de rockabilia, bajos que nos dan clasicos ritmos del rock and roll, toda clase de percusiones en las manos (y en la nuevas greñas) de Nené Quintero, y mucho canto al amor y al desamor como le gusta al siempre fan de los boleros.

18 canciones que no tienen pérdida. Un tipo que se quedó y que, antes que vivir el resto de su vida en la nostalgia de tiempos que no volverán, decidió reinventarse. Es uno de esos discos que le hacen pensar a uno que valdría la pena haberse quedado en Venezuela. En todo caso, vale la pena ser venezolano... a pesar del mojigote que instruye a sus tanques por televisión.

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