Una mala y una buena noticia para los seguidores de Televen ha regalado la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Nuestra bondad nos impone señalar primero lo malo, y dejar lo bueno para el final.
La mala noticia
Homero Simpson se ha unido a una ya robusta lista de personalidades que han salido de la pantalla de Televen porque algunas cosas dichas y hechas pudieron, quizás, disgustarles a algunos barones de la revolución. Primero fueron Marta Colomina y César Miguel Rondón. Ahora le ha tocado el turno a este dibujo animado, una de las creaciones más valiosas e inteligentes que ha salido de la factoría cultural de Estados Unidos en las dos últimas décadas (no es de extrañar que Carla Angola no entienda un cuerno de la naturaleza de la serie, así lo dejó en claro la noche del lunes pasado).
Más allá de evaluar desde un punto de vista ético si Televen aceptó calladamente la orden de arriba por un asunto de complicidad, golillerismo o sumisión –de eso hablaremos luego-, queremos puntualizar algo: el que hayan decidido sacar del aire a Los Simpson porque a nuestros respetados burócratas les parece que no es apta para niños, es una muestra suficiente del deprimente estado de raquitismo neuronal que goza la Patria digna y bonita. En su lugar van a poner Pamela Anderson en tanga diciendo tonterías –Baywatch- que a Conatel sí le parece puede ser vista por los niños de las escuelas bolivariana (el organismo expresó que la transmisión de la tontadas working class de Homero, las travesuras e impertinencias de Bart o los comeflorismos de Lisa pueden infringir "la normativa que prohíbe los mensajes que atentan contra la formación integral de niños, niñas y adolescentes").
La buena noticia
Conatel no ha manifestado objeciones con la transmisión de José Vicente Hoy por Televen. El programa semanal, que sale al aire los domingos en el infantil horario 10 de la mañana (en el cual se escuchan lindezas de recogimiento como “Las voces agoreras de los sucesos de Abril de 2002, plaza Francia, el sabotaje petrolero, las acciones de terrorismo, el referéndum revocatorio y los distintos procesos electorales, suenan de nuevo a través de celulares y frenéticos correos electrónicos") seguirá allí, puntualmente, para deleite y disfrute de los más pequeños de la casa, los terremoticos, los consentidos. No podemos quejarnos, después de todo. ¡Yupiii!
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