La sublime flor (intestinal) de Chávez

Tras unas cuantas semanas dedicadas a la introspección y a la búsqueda del nirvana, con el fin de de asimilar todo cuanto sucede entre Miami y Caracas, hubo un evento que me obligó regresar a éste, su blog favorito, querido lector. He regresado, más confundido que antes y ya entenderán porqué.

Por lo pronto, para entrar en materia, veamos algunas cosas que no entiendo de acá -del Imperio- y otras que tampoco comprendo de allá, de nuestro pueblo querido.

Del Imperio:

-- La recesión, el palabrerío oportunista de Barack Obama, los precios de la gasolina a 4,20 dólares por galón, los 14 millones de dólares que la revista People les pagó a Angelina Jolie y Brad Pitt por las fotos de sus gemelos recién nacidos.

Del pueblo querido:

-- El presunto asesinato cometido por Edmundo Chirinos, las inhabilitaciones de Leopoldo López, la candidatura de Reinaldo Armas en Guárico y las 26 leyes que metieron nuestros coloraos entre gallos y medianoche.

Creo haber dicho que hubo un evento que logró romper mi fecundo encierro de eremita, mi voto de castidad intelectual, mi vocación por el silencio y la meditación. Y fueron las palabras de nuestro querido Chávez de ayer, en Aló Presidente. Tampoco entendí mucho pero básicamente se trató de la odisea que vivió cuando le atacó una diarrea en medio de algún acto político("Chávez también es un ser humano" (sic)) y en cadena nacional.

El caudillo tuvo que abrirse paso entre una jauría de burócratas, camarógrafos, periodistas, guardaespaldas y perros rabiosos, que le impedía llegar al baño improvisado ("y yo sudando frío (...) y apretando allá abajo" (sic)), donde finalmente ("¡Aaaaaahhhhhhhh!" (sic)) logró alivianar aquella rolliza humanidad aquejada por las urgencias intestinales.

Por supuesto, las risas y aplausos que las deposiciones presidenciales despertaron en los pingüinos convidados en el Aló... una vez más convencieron al líder de que sus palabras deberían ser estudiadas en la educación primaria, como dijo alguna aduladora alguna vez.

Me van a perdonar la palabrota, pero los invito a escuchar la homérica epopeya de Hugo Chávez cuando se estaba cagando. Creo que con esta tele-evacuación, el "Marisabel, esta noche te doy lo tuyo" acaba de ser desplazado en el ranking de las florituras más sublimes de nuestro querido comandante. Este documento, que logró romper mi hermetismo, es ya un material para la historia. Aguanten los cinco minutos que dura. Me lo agradecerán.

Chávez y su Diarrea
by noticias24